Los astrónomos, el hazmerreír de la gente

Por Francisco R. Villatoro, el 31 mayo, 2009. Categoría(s): Astronomía • Ciencia • Cine • General • Historia • Mujeres en la ciencia • Prensa rosa • Science • Televisión ✎ 3

Los científicos y astrónomos tienen un problema de imagen. Todo el mundo admira su trabajo y su gran inteligencia. Sin embargo, la imagen del científico es la de un hombre aburrido, introvertido, socialmente inadaptado, un bicho raro. Por ello los científicos son objeto de gran número de chistes. Basta remontarse al Philogelos (en griego antiguo Φιλόγελως, «amante de la risa»), la recopilación de chistes más antigua conservada. Allí aparecen varios chistes sobre astrólogos que leen incorrectamente el mensaje de los cielos. Los astrónomos y los científicos han sido el hazmerreír de la sociedad muchas veces. Algunos ejemplos nos los relata Michael J. West, «Public Perception of Astronomers: Revered, Reviled and Ridiculed,» The Rôle of Astronomy in Society and Culture, Proceedings IAU Symposium No. 260, 2009 , ArXiv preprint, Submitted on 25 May 2009 .

«Los viajes de Gulliver» de Jonathan Swift en el s. XVIII, es una novela satírica que ridiculiza a los astrónomos de la isla ficticia «La Puta» (malsonante en español donde se prefiere «Laputa«). Los astrónomos están tan obsesionados con detectar los cambios en los cuerpos celestes que observan, que nunca pueden dormir tranquilamente en la cama ni disfrutar de los placeres y diversiones de la vida. Cuando se levantan por la mañana, su primera pregunta siempre es cómo está el Sol y qué posibilidades tienen de evitar el impacto del próximo cometa. Gulliver también nos comenta que la mayoría de los astrónomos liliputienses creen en la astrología, pero se sienten demasiado avergonzados para admitirlo.

Antoine de Saint-Exupéry describe las aventuras de «El principito» en un asteroide (B 612), descubierto por un astrónomo turco en 1909. Presentó su descubrimiento en un Congreso Internacional de Astronomía. Nadie le creyó debido a su vestimenta. ¡Cosas de adultos! El dictador turco [Ataturk] impuso a su pueblo, bajo pena de muerte, la obligación de vestirse a la europea. Sólo así logró que el astrónomo repitiera su demostración en 1920 con un traje muy elegante. Y esta vez todo el mundo estuvo de acuerdo con su descubrimiento. Desde 1943, más de 80 millones de copias de este libro han «culturizado» a los niños y jóvenes sobre «qué tontos son los astrónomos.»

En el s. XX han sido las películas y la televisión las que más han reflejado y condicionado al mismo tiempo la opinión del público general sobre los astrónomos y científicos. La primera incursión sobre este tema es de el pionero Georges Méliès en 1898 con su película, poco conocida, «La lune à une metre,» cortometraje de 3 minutos y pico. La historia cuenta un extraño sueño de un astrónomo que se duerme en su observatorio. En su sueño, la Luna, con una boca dentuda, devora el telescopio del astrónomo y casi a él mismo.

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Quizás la obra más famosa de Méliès es su cortometraje «Viaje a la Luna» de 1902, basado en sendas obras de Julio Verne y H.G. Wells. Cuenta la historia de un grupo de 6 astrónomos (viejos y con barba blanca) que viajan a Luna en un cohete, donde encuentran a sus habitantes, los selenitas.

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Gaston Velle en 1906 filmó «Viaje alrededor de una estrella» en el que un astrónomo enamorado de las estrellas, a las que trata de alcanzar utilizando una burbuja de jabón gigante que le lleve a los cielos. Allí disfruta con las estrellas, bellas mujeres, hasta que un dios enfadado le hace volver a la Tierra, cayendo con un paraguas hasta morir empalado en una veleta.

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Mucho más ligera es la comedia romántica «Mundo celestial» («The Heavenly Body») de 1944 dirigida por Alexander Hall con William Powell (el astrónomo despistado) y Hedy Lamarr (su bella esposa). La esposa enamorada echa en falta a su esposo obsesionado con la astronomía, por lo que decide recurrir a un astrólogo para que la aconseje. Curiosa visión: el astrólogo como amante de la mujer para darle a celos a su marido astrónomo. La película no es de las mejores de los 1940 pero al menos entretiene.

Recientemente muchas películas han contado con astrónomos y científicos en general como protagonistas, aunque no siempre bien parados. También han mostrado mujeres astrónomas y científicas pero tampoco han estado bien paradas en el cine. Un ejemplo que quizás no recuerdes. Una bella astrónoma (Daryl Hannah) acaba enamorada de un narigudo «Cyrano de Bergerac» (Steve Martin) en Roxanne de 1987. Tan despistada y concentrada ella en sus estudios, ignoraba la napia que su galán ostentaba. Hay muchos otros ejemplos de astrónomas y astrobiólogas en el cine, como «Contact» (1997) o el remake de «The Day the Earth Stood Still» (2008).

Un ejemplo de un astrónomo y su trabajo exquisitamente bien tratado, hay pocos, pero me encanta «Un toque de canela

¿Cambiará algún día esta imagen de los científicos y de los astrónomos?



3 Comentarios

  1. La película «Ágora» de Amanábar, que narra la vida (y muerte) de Hipatia de Alejandría promete. Al parecer ha sido bien acogida en Cannes y creo que el director es un enamorado del personaje, por lo que saldrá bien parada (a pesar de morir al final, supongo, y perdón por el «spoiler»).

    La película que comentas al final (por cierto, corrige el enlace), no ha llegado a mi aldea-ciudad. Tendré que pillarla en otros lares, pero había oído hablar bien de ella.

    1. Isod, tienes razón, mucha gente habla bien de la acogida de «Ágora» en Cannes pero también afirman que es un poco larga. Amenábar es un director muy técnico y versátil, así que habrá logrado una gran superproducción al estilo más clásico holliwoodiense. Espero que no me defraude, pero el trailer no me gusta.

      Gracias, el enlace está corregido.

  2. El problema no son los astronomos sino el resto de la gente que no entiede la ciencia ni tiene un interes minimo por hacerlo, solo son simples usuarios de diferentes artefactos electronicos basados en la ciecia que ellos ridiculizan. Las masas temen a lo diferente y se espantan cuando hay que esforzrse para entender, son comodos y no son los que generan los cambios, sino que consumen.
    De criticar debiera ser aquellos que see burlan de los cientificos porque no les da mas la inteligencia y muestran su ignorancia con sus interpretaciones erroneas.

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