La tecnología fue el gran problema de Babbage y es el gran problema de los ordenadores cuánticos

Por Francisco R. Villatoro, el 5 junio, 2010. Categoría(s): Ciencia • Computación cuántica • Historia • Informática • Physics • Prensa rosa • Science ✎ 2

Imagina que un periodista le pregunta a Charles Babbage en 1822: ¿Para cuándo espera usted que existan ordenadores clásicos escalables? ¿Cuándo uno de estos ordenadores clásicos estára en la casa de todos los ciudadanos? Qué podría haber contestado: En 20 años (1842), en 50 años (en 1872), … Se necesitaron 120 años para lograr ordenadores clásicos escalables (gracias a la electrónica) y 160 años para que llegaran a los hogares (gracias a la microelectrónica). Cuando la gente se pregunta ahora ¿para cuándo se espera que existan ordenadores cuánticos escalables? o ¿cuándo un ordenador cuántico estará en la casa de todos los ciudadanos? la única respuesta posible es que el gran problema de Babbage era la tecnología: ni existía la electrónica, ni el transistor, ni el circuito integrado, … El gran problema de los ordenadores cuánticos en la actualidad es tecnológico: cómo conseguir que un gran número de cubits (sean fotones, núcleos atómicos o cualquier otra cosa que puedan ser) estén infinitamente aislados del entorno de tal forma que la decoherencia actúe en una escala de tiempo cientos de órdenes de magnitud más grande que las que actualmente se logran en los laboratorios más avanzados. Ahora mismo esto parece prácticamente imposible. Nadie puede imaginar una tecnología capaz de lograrlo. Igual que Babbage no podía imaginar una tecnología que posibilitara el transistor y menos aún un circuito integrado con 1000 millones de transistores en unos centímetros cuadrados (como los Itanium de Intel). Nos lo cuenta Scott Aaronson, «What’s taking so long, Mr. Babbage?,» Shtetl-Optimized, May 22nd, 2010.

Como bien nos recuerda Scott, no existe ningún límite fundamental (conocido) que impida que (pongamos dentro de 160 años) existan ordenadores cuánticos con miles de millones de cubits en un estado entrelazado invulnerable a la decoherencia durante unos segundos. Ahora bien, nadie puede ni soñar cual será la tecnología que lo posibilite. Hoy en día, dependiendo de la manera en que se cuenten los cubits, se han fabricado ordenadores cuánticos con muy pocos cubits. El algoritmo de Peter Shor ha sido implementado con 4 cubits (con tecnologías de trampas de iones y con arquitecturas fotónicas). También se ha implemento con tecnología NMR (aunque no es el algoritmo original sino una versión incoherente) con 7 cubits. Se han logrado estados entrelazados GHZ de hasta 12 cubits. Etc., etc. Grandes logros, para unos, parcos para otros.



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