¿Qué hubiera pasado si Nikola Tesla hubiera sido el mayor genio de toda la historia? ¿Qué hubiera pasado si todos sus inventos fallidos hubieran sido clamorosos éxitos? ¿Cómo sería New York en octubre de 1931, el día en el que falleció Thomas A. Edison? Hace «historia ficción» especulando sobre dicha realidad alternativa el tesliano Miguel A. Delgado en su novela «Tesla y la conspiración de la luz,» Destino, Editorial Planeta, octubre de 2014.
Lo confieso, yo pensaba que el libro era una biografía novelada de Tesla. Por ello el primer capítulo me resultó tan barroco que casi me echa para atrás. Sin embargo, unos amigos me recomendaron que siguiera leyendo y al final lo he acabado. Una novela dirigida al público adolescente, de lectura fácil y rápida, con una historia muy lineal con pocos personajes, algunos de ellos históricos. La aventura de un joven piloto de aéreos llamado Edgar, que desearía ser piloto de oceánicos, que cruzan el Atlántico volando guiados por el gran haz tractor. ¿Debería todo tesliano leer esta novela? No lo sé. Yo les recomendaría una biografía rigurosa. Pero quizás los teslianos jóvenes, o que se sientan jóvenes, disfrutarán con el ejercicio de «historia ficción» de Delgado.
Tesla (anciano de 75 años) no aparece en la primera página, ni en la segunda, aunque está omnipresente en toda la novela, igual que Edison («el genio de Menlo Park»). Quien por cierto, no aparece hasta la página 32, homenajeado con «el 21 de octubre, el Día de la Luz» (consulta esta fecha en el año 1879 para saber el porqué, si no lo sabes ya). La novela se inicia el 17 de octubre de 1931, el día antes del fallecimiento de Edison (página 43). El nombre de Tesla no aparece hasta la página 58: «Edison muere. Tesla vive. Suyo es el futuro.» En el capítulo 12, página 100, Tesla nos relata algunos apuntes de su vida, como: «Con todas esas ideas bullendo en mi cabeza, en 1883 puse el pie por primera vez en suelo norteamericano.» En la página 103 podemos leer a Edgar decir: «Eso no fue así. Edison no usó corriente continua, ¡qué disparate! Todo el mundo sabe que comenzó con la alterna…»
También aparecen personajes famosos de principios el siglo XX, como Marconi (página 68, «¡Por Dios, Guglielmo! ¡Tú no eres Edison!»), el hijo del banquero J. P. Morgan (que falleció en 1913), o el arquitecto Titus de Bobula. Y no sólo personajes reales, también otros iconos de la ciencia y la técnica como el Titanic (que no se hundió gracias a la tecnología de Tesla para detectar icebergs). También hay muchos inventos modernos, como la televisión, la internet (la Red) o los teléfonos inalámbricos (aunque «del tamaño de un zapato»). Sin embargo, sorprende que aún no existan algunos inventos, como los auriculares (pág. 135, «el invento que nos dará la baza definitiva en el mercado, la introducción de la electrónica de consumo»).
«¡Qué distintos eran los viejos tiempos, cuando Estados Unidos estaba lleno de genios en potencia a los que podías contratar por muy poco! Las mejores mentes del mundo, muchas de ellas llenas de un talento intuitivo, suspiraban por encontrar trabajo en una [gran] empresa» (página 136).
«Un programa que buscaba dar soporte al objetivo de poner el pie [en el planeta Marte] antes de 1950, una iniciativa lanzada por el expresidente Coolidge» (John Calvin Coolidge, Jr. fue el trigésimo presidente de EEUU entre 1923 y 1929). «Su celebrada frase: ‘Creo que esta nación debe asumir como meta que un hombre vaya a Marte y regrese a salvo a la Tierra antes de que acabe la primera mitad del siglo’ fue asumida por su sucesor Herbert Hoover» (trigésimo primer presidente de EEUU entre 1929 y 1933).
El capítulo 32 (pp. 289-293) es el favorito de Daniel Torregrosa, aka @DaniEPAP, autor del blog «Ese punto azul pálido» (no contaré por qué razón). «El lápiz se deslizaba por el cuaderno. (…) Diana Grosstower hacía siempre los deberes a la misma hora en que su padre se sentaba ante el televisor para ver las noticias de la noche.»
Todos los capítulos son cortos, lo que hace que la novela sea buena lectura para el metro, el autobús o para vacaciones. Por cierto, si pasas por Madrid, no dejes de visitar la exposición «Nikola Tesla. Suyo es el futuro» (entre el 13 de noviembre de 2014 y el 15 de febrero de 2015), Sala Espacio, Fundación Telefónica. La exposición está comisariada por Miguel A. Delgado y María Santoyo, contando con la colaboración del Museo Tesla de Belgrado. «Nikola Tesla (1856-1943): Suyo es el futuro es la historia de un hombre que tocó el cielo. Su visión pretendía cambiar el mundo, y el mundo cambió a imagen y semejanza de su visión.» Muy en la línea del libro que reseño en esta entrada.
Enlazo para interesados la reseña de este mismo libro de JM Mulet:
http://jmmulet.naukas.com/2014/10/20/resena-de-tesla-y-la-conspiracion-de-la-luz/
Honestamente no disfrute el libro, pensé que era algo diferente, prometia muchisimo pero se quedo corto. Apenas terminé de leerlo hace algunos días y ya no lo recuerdo, no dejo ninguna huella… Gracias
¡Anda!, el grafitti de Tesla está en la escuela infantil de mi hijo.
Os pongo el enlace por si queréis incluirlo en el tour de Tesla en Madrid.
Escuela de Educación Infantil Arco Iris
Calle de Diego Olivera Victorio, 10
28031 Madrid