Todos los años me hago eco de los Premios Ig Nobel. La ceremonia de entrega de los Premios Ig Nobel 2019 se celebró en el Teatro Sanders de Harvard el pasado 12 de septiembre de 2019 [video]. Pronto se anunciarán los Premios Nobel de ciencias (7-10 octubre). Los ganadores del Ig Nobel de Física repiten, ya lo obtuvieron en 2015 por el pipí de los animales, ahora lo logran por el popó de los wombats (y han prometido que no será el último). Ningún español o hispoamericano ha logrado Ig Nobel este año. Te recomiendo ver el vídeo de la ceremonia en youtube, así como visitar su página web y el listado histórico de premiados.
Ig Nobel de Física 2019. Las tres especies de wombats, marsupiales australianos, son los únicos animales conocidos con heces de forma cúbica. ¿Por qué? Los ganadores del Ig Nobel en 2015 decidieron estudiar esta cuestión en el wombat común (Vombatus ursinus) buscando un segundo Ig Nobel y lo han logrado. La razón son las propiedades elásticas únicas de la parte final del intestino de los wombats (por cierto su ano es circular). Por fortuna para estos físicos, muchos wombats mueren con sus intestinos llenos de heces; así se observa que el 8% final, los últimos 50 cm, adquieren forma de prisma rectangular por sus propiedades elásticas.
Para confirmar su hipótesis hicieron experimentos inflando con un globo la parte final de un intestino de wombat. Para la formación de heces cúbicas es necesario que las propiedad elásticas del intestino tengan cuatro secciones rígidas y tres elásticas. Pero en sus experimentos, inflando con el globo los intestinos hasta un perímetro de 8 cm solo pudieron medir tres secciones más rígidas (75%) conectadas por dos secciones menos rígidas (25%). Según los cadáveres de wombats las heces inflan el intestino hasta un perímetro de 9.6 cm, así que los autores creen que si nuevos experimentos alcanzaran dicho perímetro se observaría la anisotropía en las propiedades elásticas necesaria para que sus heces sean cúbicas (futuros experimentos deberán confirmar esta hipótesis). Por cierto, en los experimentos con intestinos de cerdo la elasticidad observada es más o menos isótropa (53%).
El resultado se publicó en forma de comunicación en una conferencia científica (71st Annual Meeting of the APS Division of Fluid Dynamics, 18-20 Nov 2018). Solo se ha publicado el resumen (abstract): Patricia Yang, Alexander Lee, …, David Hu, «How Do Wombats Make Cubed Poo?» Abstract E19.00001, Bulletin of the American Physical Society 63: BAPS.2018.DFD.E19.1 [enlace]. Así que recomiendo leer la noticia en Michael Allen, «Why wombats have cube-shaped poo,» Physics World 32: 5 (2019), doi: https://doi.org/10.1088/2058-7058/32/1/8.
Ig Nobel de Química 2019. Se ha concedido a investigadores japoneses que han realizado un estudio muy japonés: una estimación del volumen total de saliva que produce al día un niño de unos cinco años de edad. Para ello se estudiaron a 15 niños y a 15 niñas durante dos días completos. El flujo medio de saliva sin comida reciente durante la vigilia fue de 0.26 ± 0.16 ml/min (mililitros por minuto), mientras que tras masticar comida (se estudiaron seis tipos de alimento) fue de 3.6 ± 0.8 ml/min. Estos valores se han obtenido extrapolando varias medidas realizadas a intervalos de 5 minutos, combinadas con una medida (realizada por sus maestros en la escuela y por sus padres en casa) de su actividad diaria; según esta última, los sujetos pasan 80.8 ± 27.3 minutos comiendo al día, 820 ± 59 min despiertos sin comer, y el resto del tiempo durmiendo. El flujo total de saliva producida al día se estima en unos 500 ml en este estudio de 1995, valor que está de acuerdo con medidas previas realizadas en adultos en 1988 que estimaron unos 570 ml diarios durante la vigilia.
Por cierto, no hay diferencias significativas entre sexos, aunque influye el tipo de comida (como indica la tabla mostrada). ¿Se pueden extrapolar estos resultados a niños de otros países? Quizás, pero para estar seguros otros científicos tendrán que repetir este estudio de Shiguru Watanabe (en el que uno de los niños fue su propio hijo). El artículo galardonado es S. Watanabe, M. Ohnishi, …, S. Igarashi, «Estimation of the total saliva volume produced per day in five-year-old children,» Archives of Oral Biology 40: 781-782 (1995), doi: https://doi.org/10.1016/0003-9969(95)00026-L; también recomiendo estudios previos del autor principal, como S. Watanabe, C. Dawes, «The effects of different foods and concentrations of citric acid on the flow rate of whole saliva in man,» Archives of Oral Biology 33: 1-5 (1988), doi: https://doi.org/10.1016/0003-9969(88)90089-1; S. Watanabe, C. Dawes, «Salivary Flow Rates and Salivary Film Thickness in Five-year-old Children,» Journal of Dental Research 69: 1150-1153 (1990), doi: https://doi.org/10.1177/00220345900690050601; y S. Watanabe, «Salivary Clearance from Different Regions of the Mouth in Children,» Caries Research 26: 423-427 (1992), doi: https://doi.org/10.1159/000261481.
Ig Nobel de Biología 2019. Ya hablé de este tema en este blog cuando apareció en arXiv en 2017, aunque se ha premiado tras aparecer en Scientific Reports en 2018: «La desmagnetización de las cucarachas muertas es más lenta que de las vivas», LCMF, 14 feb 2017. Te recuerdo: Las cucarachas son magnetorreceptoras; aunque el origen de su biomagnetismo es un misterio. Sorprende que, tras magnetizar cucarachas vivas y muertas durante 20 minutos bajo 0.15 teslas, las vivas se desmagnetizan en 50 ± 28 minutos, mientras que las muertas lo hacen en 47.5 ± 28.9 horas. Un modelo teórico apunta a que el movimiento browniano de nanopartículas magnéticas es responsable de la diferencia.
Una hipótesis sugerente, que aún no ha sido confirmada por estudios más recientes. El artículo es Ling-Jun Kong, Herbert Crepaz, …, Tomasz Paterek, “In-vivo biomagnetic characterisation of the American cockroach,” Scientific Reports 8: 5140 (2018), doi: https://doi.org/10.1038/s41598-018-23005-1, arXiv:1702.00538 [physics.bio-ph] (02 Feb 2017).
Ig Nobel de Medicina 2019. Un tema que siempre copa titulares son las correlaciones, la mayoría espurias, entre comer ciertos alimentos y disfrutar de una larga vida sin cáncer, ni otras enfermedades graves. Se han galardonado tres artículos liderados por el italiano Silvano Gallus sobre la correlación entre la ingesta de pizza (italiana, claro está) y el cáncer, así como el infarto agudo de miocardio. Por cierto, en la foto un wombat una marmota comiendo un trozo de pizza (una foto graciosa que no tiene nada que ver con este premio, aunque sí con estos Ig Nobel).
El artículo Silvano Gallus, Cristina Bosetti, …, Carlo La Vecchia, «Does pizza protect against cancer?» International Journal of Cancer 107: 283-284 (2003), doi: https://doi.org/10.1002/ijc.11382, estudia los hábitos comiendo pizza de casi 5000 controles y más de 3330 enfermos de cáncer entre 1991 y 2000. La correlación es positiva, es decir, comer pizza de forma regular está correlacionado con el cáncer oral y faríngeo (odd ratio de 0.66), esofágico (0.41), laríngeo (0.82), de colon (0.74) y rectal (0.93). Pero, claro, quién no come pizza de forma regular en Italia; más aún, como es de esperar, las mayores correlaciones se observan en los cánceres más frecuentes.
El artículo S. Gallus, A Tavani, C La Vecchia, «Pizza and risk of acute myocardial infarction,» European Journal of Clinical Nutrition 58: 1543-1546 (2004), doi: https://doi.org/10.1038/sj.ejcn.1601997, estudia la correlación entre la ingesta de pizza y el infarto agudo de miocardio. Se estudiaron más de 500 casos no fatales y se compararon con casi 480 controles en Milán entre 1995 y 1999. La correlación observada tiene un odd ratio de 0.78 para el consumo ocasional, 0.62 para el consumo regular y 0.44 para el consumo frecuente. La conclusión es que la pizza, como parte de la dieta mediterránea en Italia, parece reducir el riesgo.
Y el artículo Silvano Gallus, Renato Talamini, … Carlo La Vecchia, «Pizza consumption and the risk of breast, ovarian and prostate cancer,» European Journal of Cancer Prevention 15: 74-76 (2006), doi: https://doi.org/10.1097/01.cej.0000186632.04625.f6, contrasta un estudio previo en EEUU que relaciona el consumo de pizza con el cáncer de próstata. Se estudian 2569 mujeres con cáncer de mama, 1031 con cáncer de ovario y 1295 hombres con cáncer de próstata, cuyo consumo de pizza se compara con 4864 sujetos de control de ambos sexos. El odd ratio obtenido es de 0.97 para el cáncer de mama, 1.06 para el de ovario y 1.04 para el de próstata. Así no se confirma el estudio previo estadounidense y se concluye que el estilo de vida en relación con el consumo de pizza determina si hay correlación o no hay ninguna con el cáncer.
Ig Nobel de Educación Médica 2019. La innovación educativa está llevando al extremo la práctica docente. Para entrenar a animales se suele usar el condicionamiento operante o instrumental de Skinner, que refuerza la conducta con premios y castigos; muchas veces se usa una señal acústica desagradable como castigo. ¿Servirá este tipo de entrenamiento en la formación de los estudiantes de cirugía ortopédica? Se ha premiado un estudio de este tipo sobre 12 estudiantes de cirugía, aunque en el aprendizaje de dos tareas manuales sencillas, a realizar en el menor tiempo posible.
Por un lado, realizar un nudo complicado y realizar diez nudos sencillos. Los resultados para la prueba de anudado de un nudo complicado indican que la mediana del tiempo requerido sin condicionamiento fue de 163 segundos, mientras que usándolo se incrementó a 271 segundos. Para el anudado de diez nudos sencillos el tiempo fue el mismo para ambos grupos, unos 95 segundos. Y, por otro lado, perforar con precisión un agujero con un taladro en una superficie con un ángulo pequeño y perforar lo más rápido posible diez agujeros; no hubo diferencias entre el grupo de control y el grupo de prueba para el tiempo medio en la primera tarea, 82.3 segundos; sin embargo, de nuevo, el grupo condicionado requirió más tiempo para la segunda tarea, una media de 193 segundos en lugar de 146 segundos.
En conclusión, el condicionamiento de Skinner no mejora el tiempo de ejecución en tareas sencillas en estudiantes de cirugía; dado este resultado no tenía mucho sentido seguir estudiando su efecto sobre una labor mucho más compleja como una operación de cirugía ortopédica. El artículo premiado es I. Martin Levy, Karen W. Pryor, Theresa R. McKeon, «Is Teaching Simple Surgical Skills Using an Operant Learning Program More Effective Than Teaching by Demonstration?» Clinical Orthopaedics and Related Research 474: 945-955 (2016), doi: https://doi.org/10.1007/s11999-015-4555-8.
Ig Nobel de Psicología 2019. Uno de los campos donde más se debate la crisis de reproducibilidad es la psicología experimental. Muchos experimentos clásicos no han sido replicados; más aún, muchos han sido refutados, incluso, por los propios autores del experimento original. En 1988 se publicó el experimento de realimentación facial de Strack, Martin y Stepper; si te obligan a sonreír, por ejemplo, pidiéndote que sujetes una pluma o un bolígrafo entre los dientes, entonces sentirás la misma sensación de felicidad que normalmente te provoca una sonrisa. En el intento de desvelar la razón, Strack descubrió en 2013 que era incapaz de replicar su propio experimento; no observó la significación estadística de la realimentación facial de su estudio pionero.
El experimento original es un buen ejemplo de falso positivo elevado a experimento de libro de texto. Hoy en día sigue pasando, aunque las técnicas estadísticas usadas en psicología experimental son cada vez más poderosas para intentar evitarlo. Se agradece que el descubridor original fuera quien desvelara la ficción científica detrás de su interpretación del experimento original. Y él mismo agradece haber recibido un Ig Nobel por ello, aunque supongo que hubiera preferido un Nobel (pero no existe el Nobel a la psicología, aunque psicólogos obtuvieron el de fisiología o medicina en 2002 y en 2014). El artículo original es Fritz Strack, Leonard L. Martin, Sabine Stepper, «Inhibiting and facilitating conditions of the human smile: A nonobtrusive test of the facial feedback hypothesis,» Journal of Personality and Social Psychology 54: 768-777 (1988), doi: https://doi.org/10.1037/0022-3514.54.5.768; el artículo resumiendo la refutación es Fritz Strack, «From Data to Truth in Psychological Science. A Personal Perspective,» Frontiers in Psychology 8: 702 (2017), doi: https://doi.org/10.3389/fpsyg.2017.00702.
Ig Nobel de Ingeniería 2019. Iman Farahbakhsh (Irán) patentó un cambiador automático de pañales para bebés; incómodo de usar, pues requiere sujetar al bebé con correas a la máquina, creo que se quedará en una idea curiosa pero inútil. Por fortuna para este iraní pasará a la historia por haber recibido un Ig Nobel, aunque no pudo o no quiso asistir a la ceremonia de concesión. Su solicitud de patente es Iman Farahbakhsh, “Infant Washer and Diaper-Changer Apparatus and Method,” US patent 10034582, que fue concedida el 31 de julio de 2018.
Ig Nobel de Economía 2019. Todo el mundo sabe que el dinero en papel es un vector de transmisión de bacterias, pero ¿cuál es la divisa que mejor preserva bacterias como Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Vancomycin- Resistant Enterococci? Obviamente, cada divisa usa una composición de papel diferente y se mueve en un país con una cultura diferente, así que hay que realizar un estudio experimental. Para ello se esterilizan los billetes de curso legal usando luz ultravioleta y se recubren con diferentes tipos de bacterias; luego se estudia en laboratorio la supervivencia de estas bacterias en función del tiempo durante un día entero. Tras el experimento se vuelven a esterilizar y se devuelven a su curso legal. ¿Caerá en tus manos alguno de los billetes de euro o dólar usados en este experimento? Siendo muy improbable, no es imposible.
Por cierto, resulta que los billetes de la moneda rumana, el leu, son los que permiten a más bacterias sobrevivir hasta un día completo. En nuestra moneda, el euro, destaca la supervivencia de E. coli, pero no lo logran las otras bacterias estudiadas. Por supuesto, la clave de la supervivencia no es solo el tipo de papel, sino cómo los tratamos durante su uso; más allá del laboratorio, en la vida diaria, influyen mucho los niveles sociales de higiene de la población y su comportamiento en relación con los billetes. El artículo premiado es Habip Gedik, Timothy A Voss, Andreas Voss, «Money and transmission of bacteria,» Antimicrobial Resistance and Infection Control 2: 22 (2013), doi: https://doi.org/10.1186/2047-2994-2-22.
Ig Nobel de la Paz 2019. Cuando nos pica, rascarse alivia el picor y produce placer. La sensación de placer al rascarse depende del lugar donde nos pique. Han recibido este honroso galardón investigadores que han comparado el picor en el antebrazo, el tobillo y la espalda provocado por la leguminosa Mucuna pruriens (también conocida como picapica) en 18 sujetos sanos. Se les preguntó cuán intensa era la sensación de picor, cómo se reducía tras rascarse y cuánta era la sensación de placer que experimentaban tras aliviar su picor. Los resultados indican que la parte más sensible al picor (entre las tres estudiadas) es el tobillo, pero que el mayor alivio al rascarse se experimenta en la espalda. Para un picor de intensidad media, el placer de rascarse es mayor en el tobillo y en la espalda que en el antebrazo; más aún, para el antebrazo y el tobillo la sensación de placer al rascarse crece conforme lo hace la intensidad del picor, no así en la espalda.
Un estudio con pocos sujetos y basado en la expresión de las sensaciones en lugar de en su medida directa. A pesar de ello, otro estudio curioso pero inútil que bien merece un Ig Nobel. El artículo (cuyas figuras tienen una calidad pésima para una revista de investigación) es G.A. bin Saif, A.D.P. Papoiu, …, G. Yosipovitch, «The pleasurability of scratching an itch: a psychophysical and topographical assessment,» British Journal of Dermatology 166: 981-985 (2012), doi: https://doi.org/10.1111/j.1365-2133.2012.10826.x.
En resumen, como siempre, los Ig Nobel nos regalan investigaciones curiosas que primero nos esbozan una sonrisa y luego nos hacen pensar en lo poderosa que es la imaginación de los científicos. Si no existieran los Ig Nobel habría que inventarlos (aunque, la verdad, solo a profesores de la Universidad de Harvard se les podría ocurrir una idea tan descabellada).
Hola.
¿Sabes si ha habido algún premiado cuya investigación haya sido relevante a posteriori?
Sí, y lo puedes ver en la wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Ig_Nobel
«Por ejemplo, en 2006 un estudio que muestra que el mosquito que transporta la malaria (Anopheles gambiae) se siente atraído por igual al olor del queso Limburger como al olor de los pies humanos4 había ganado el Premio Ig Nobel en el área de la Biología. Como resultado directo de estos hallazgos, este tipo de queso se coloca en lugares estratégicos de las naciones del África para combatir la epidemia de la malaria. La importante contribución que de forma inadvertida hizo este estudio hacia la preservación de la vida humana pone de relieve la importancia de compartir los resultados experimentales, independientemente de los usos previstos en dichos resultados.»
«Otro ejemplo es Andre Geim, quien en el año 2000 recibió el Premio lg Nobel de Física por hacer levitar una rana en un campo magnético, y posteriormente en el año 2010 el Premio Nobel de Física junto con Konstantín Novosiolov por el estudio del grafeno.»
Por ejemplo, y siguiendo con el queso, el estudio español ‘Influencia de la temperatura sobre la velocidad de los ultrasonidos en el queso Cheddar’ cuyo objetivo es determinar el grado de maduración de una pieza mediante procedimientos no destructivos, lo que para la industria quesera es muy importante.
Off topic
No tengo claro que el ‘bicho’ devorador de pizza sea un Wombat: Marmota?
🙂
Canelo, me has pillado, tomé una foto de Waldo tomando pizza, una marmota del WINC (Wildlife In Need Center) de Oconomowoc, Wisconsin (EEUU).
Ya imaginaba ….
El artículo lo permitía. La imagen es muy cachonda!; como estos premios.
Como decimos en cataluña: ben trobat!
Por cierto, Canelo, Waldo falleció (quizás influyó que los visitantes del WINC no respetasen los carteles que prohibían alimentar a los animales).
Buenísimo, como bien dice Francis… Si no existiesen habría que inventarios…