
Todos los años me hago eco de los Premios Ig Nobel, que este año 2025 cumplen su trigésima quinta (35) edición. La ceremonia de entrega de premios se celebró el 12 de septiembre en la Universidad de Boston (Massachusetts, EEUU) y la puedes disfrutar en vídeo en YouTube. Pronto se anunciarán los Premios Nobel de ciencias (6–13 octubre). España ha logrado dos Ig Nobel este año (Física y Aviación). Te recomiendo visitar su página web Improbable Research y el listado histórico de premiados. Como todos los años me he leído todos los artículos de los premiados para contarte lo que realmente nos desvelan.

Ig Nobel de Biología (Japón): Los japoneses Tomoki Kojima, Kazato Oishi, Yasushi Matsubara, Yuki Uchiyama, Yoshihiko Fukushima, Naoto Aoki, Say Sato, Tatsuaki Masuda, Junichi Ueda, Hiroyuki Hirooka y Katsutoshi Kino logran este galardón por haber pintado vacas con rayas de cebra con objeto de estudiar si así se reduce el número de picaduras de moscas (y mosquitos). Recuerda, que una de las hipótesis para explicar las rayas de las cebras es que reduce el número de picaduras de los tábanos, porque el patrón de rayas interfiere con la visión polarizada de los insectos y genera una ilusión óptica (Francisco Villatoro, «¿Por qué las cebras tienen rayas?» en Alan Turing, edición coleccionista de MUY Interesante, pp. 90-99; LCMF, 23 jul 2024). El artículo premiado sugiere que pintar las vacas podría protegerlas contra enfermedades transmitidas por los mosquitos (que son vectores de muchos patógenos veterinarios).

Se han estudiado vacas de color marrón oscuro (grupo de control, CONT), pintadas con rayas blancas y negras a modo de cebras (grupo tratado con laca blanca, B&W Treatment) y pintadas con rayas negras (grupo tratado con laca negra, B). Se ha estimado el número de picaduras de moscas hematófagas en las patas y el cuerpo de las vacas (izquierda) y el número de veces por minuto que las vacas espantan a dichas moscas (derecha). Se observa que las rayas de cebra (B&W Treatment) reducen las picaduras a la mitad y también reducen un poco las veces que se espanta a las moscas. Por cierto, el estudio se centra en las moscas hematófagas, que muerden a las vacas para acceder a su sangre, como la mosca de los establos (Stomoxys calcitrans), la mosca de los cuernos (Haematobia irritans) y el tábano (Tabanus sapporoensis), entre otras. Futuros estudios tendrán que desvelar si pintar rayas en las vacas no tiene efectos secundarios; si no los hay podría ser un medio para reducir las enfermedades veterinarias transmitidas por las moscas hematófagas. El artículo es Tomoki Kojima, Kazato Oishi, …, Katsutoshi Kino, “Cows Painted with Zebra-Like Striping Can Avoid Biting Fly Attack,” PLoS ONE 14: e0223447 (03 Oct 2019), doi: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0223447. Por cierto, este trabajo se basa en el Ig Nobel de Física de 2016, que galardonó una investigación sobre el efecto del color de la piel de los caballos (y por ende de las cebras) para reducir las picaduras de las moscas.

Ig Nobel de Aviación (Colombia, Israel, Argentina, Alemania, Reino Unido, Italia, EE.UU., Portugal, España): Se ha premiado a Francisco Sánchez, Mariana Melcón, Carmi Korine y Berry Pinshow, por estudiar si la ingesta de alcohol afecta a la habilidad de vuelo y ecolocalización de los murciélagos del a fruta. Recuerda que en la Naturaleza, los animales frugívoros ingieren alcohol (etanol, [EtOH]) en la fruta muy madura. El etanol es una toxina, luego puede dificultar el vuelo y la ecolocalización de los murciélagos (se han estudiado murciélagos frugívoros egipcios, Rousettus aegyptiacus). Los estudios experimentales muestran que menos de un 1 % de alcohol en la fruta parece que no afecta a los murciélagos; sin embargo, por encima del 1 % se observan comportamientos que sugieren un estado de embriaguez.
Por un lado, afecta a las habilidades de vuelo, pues se vuelven más lentos al volar entre dos postes, tardando 3.49 ± 0.54 segundos en lugar de 2.19 ± 0.33 segundos. Y por otro lado, se modifica su patrón de emisión de pulsos (clics) de ecolocalización; para frecuencias altas no hay diferencia significativa (108.2 ± 19.55 milisegundos entre pulsos en lugar de 102.4 ± 12.81 milisegundos), pero para las frecuencias bajas se observa una pequeña diferencia significativa (22.4 ± 1.93 milisegundos entre pulsos en lugar de 20.9 ± 1.79 milisegundos), con un valor-p de 0.030. El artículo premiado es Francisco Sánchez, Mariana Melcón, …, Berry Pinshow, “Ethanol ingestion affects flight performance and echolocation in Egyptian fruit bats,” Behavioural Processes 84: 555-558 (June 2010), doi: https://doi.org/10.1016/j.beproc.2010.02.006.
Ig Nobel de la Paz (Países Bajos, Reino Unido, Alemania): Fritz Renner, Inge Kersbergen, Matt Field y Jessica Werthmann, por mostrar que beber alcohol, a veces, mejora las habilidades de una persona para hablar en un idioma extranjero (el llamado “Dutch courage”, algo así como la “desinhibición por alcohol”). Se estudió a 50 estudiantes de psicología alemanes (Universidad de Maastricht) que habían aprendido neerlandés en un curso. Se dividieron en dos grupos, uno recibió una bebida alcohólica con vodka y el otro agua como control. Se les pidió que hablaran en neerlandés con dos nativos neerlandeses sobre experimentación animal. Usando el audio de la grabación se les pidió que se autoevaluasen, pero no se encontró diferencia con el consumo de alcohol. Pero en la evaluación externa realizada por nativos, una hubo una diferencia significativa, más positiva para los estudiantes que habían consumido alcohol, sobre todo en pronunciación (aunque sin diferencias significativas en gramática, vocabulario o argumentación).
Se concluye que la ingesta moderada de alcohol puede reducir la ansiedad lingüística y mejorar la percepción externa de la fluidez, pero sin modificar la autopercepción de los hablantes. El artículo es Fritz Renner, Inge Kersbergen, …, Jessica Werthmann, “Dutch Courage? Effects of Acute Alcohol Consumption on Self-Ratings and Observer Ratings of Foreign Language Skills,” Journal of Psychopharmacology 32: 116-122 (18 Oct 2017), doi: https://doi.org/10.1177/0269881117735687.

Ig Nobel de Nutrición (Nigeria, Togo, Italia, Francia): Lo atesoran ahora Daniele Dendi, Gabriel H. Segniagbeto, Roger Meek y Luca Luiselli, por estudiar cómo eligen los lagartos arcoíris (Agama agama) diferentes tipos de pizza para comer (en un complejo turístico costero de Baguida, Lomé, Togo, en octubre de 2020 y entre abril y mayo de 2021). Estos lagartos suelen ser insectívoros, pero en áreas urbanas y suburbanas muestran una gran plasticidad ecológica; se ha observado que pueden consumir alimentos procesados, como el pan. El estudio se inició con la observación casual de un macho adulto que robó un trozo de pizza de una mesa en el complejo turístico. Los autores decidieron investigar si este comportamiento era anecdótico o una estrategia alimentaria establecida. Se estudió a nueve individuos (adultos y juveniles) durante los días soleados, entre las 12:00 y las 15:00 horas, con temperaturas entre 31 y 33 °C.
Se ofreció a los lagartos dos tipos de pizza (“cuatro quesos” y “cuatro estaciones”), colocadas en platos separados a 10 metros de distancia entre sí y de los árboles donde los lagartos habían sido vistos. Se grabó con cámaras el comportamiento desde unos 15 metros de distancia. En menos de 15 minutos, los lagartos se alimentaron de los trozos de pizza, llegando a correr hasta 15 metros para alcanzar la comida y mostrando conductas competitivas entre ellos. El comportamiento se prolongó unas dos horas y todos los individuos consumieron la pizza «cuatro quesos», ignorando la «cuatro estaciones». Sería la primera evidencia documentada de una población de A. agama que se alimenta de manera regular de un alimento procesado humano y muestran clara preferencia por un tipo específico. No se sabe la razón de la preferencia, quizás sean señales químicas, o quizás sea más fácil de digerir. Futuros estudios tendrán que determinar la causa de que la pizza «cuatro quesos» se atractiva para estos animales insectívoros. El artículo es Daniele Dendi, Gabriel H. Segniagbeto, …, Luca Luiselli, “Opportunistic Foraging Strategy of Rainbow Lizards at a Seaside Resort in Togo,” African Journal of Ecology 61: 226-227 (2023), doi: https://doi.org/10.1111/aje.13100.

Ig Nobel de Física (Italia, España, Alemania, Austria): Reciben el galardón los físicos Giacomo Bartolucci (Universidad de Barcelona), Daniel Maria Busiello, Matteo Ciarchi, Alberto Corticelli, Ivan Di Terlizzi, Fabrizio Olmeda, Davide Revignas y Vincenzo Maria Schimmenti, por estudiar la física de las salsas con queso de la pasta italiana, en especial, por la transición de fase que conduce a la formación de grumos que desagrada a muchos consumidores de pasta. En concreto, se ha estudiado la pasta alla cacio e pepe, un plato italiano elaborado con pasta, queso pecorino y pimienta (lograr la textura y cremosidad perfectas de la salsa es todo un desafío). Se ha estudiado la estabilidad de la salsa cacio e pepe en función de la temperatura (entre 50 y 95 °C) para diferentes proporciones de queso, agua y almidón. El factor clave es la concentración de almidón, algo que tendrán que tener en cuenta todos los cocineros (si no lo tienen ya en cuenta).
Se presenta un diagrama de fases temperatura/almidón que muestra que para menos del 1 % de almidón se producen grumos en la salsa (la llamada «fase mozzarella»), que son desagradables para el paladar de un italiano. Para un nivel fijo de agua y almidón, se ha estudiado el impacto de la concentración de queso, así como el de estabilizadores industriales, como el citrato trisódico. Se observa una transición brusca entre la «fase mozzarella» y una salsa cremosa, suave y estable; la transición brusca se diferencia de la transición suave observada para el almidón. Los autores se arriesgan a proponer una serie de consejos sobre cómo preparar la salsa, pero me temo que ningún cocinero se preocupará por ellos. En estas cuestiones culinarias, la experiencia es el truco secreto detrás del éxito. El artículo es Giacomo Bartolucci (Universidad de Barcelona), Daniel Maria Busiello, …, Vincenzo Maria Schimmenti, “Phase Behavior of Cacio and Pepe Sauce,” Physics of Fluids 37: 044122 (29 Apr 2025), doi: https://doi.org/10.1063/5.0255841.

Ig Nobel de Diseño de Ingeniería (India): Se ha premiado a Vikash Kumar y Sarthak Mittal, por analizar, desde la perspectiva de la ingeniería del diseño, cómo afecta el mal olor de los zapatos usados a la experiencia de usar un zapatero. India es un país cálido y húmedo, donde las personas transpiran incluso con actividad física moderada, produciendo mal olor en el cuerpo, la ropa y los zapatos. Las personas se bañan y lavan su ropa con regularidad, pero los zapatos rara vez se lavan, un caldo de cultivo para la bacteria Kytococcus Sedentarius, que es muy maloliente. Se han realizado una serie de encuestas para saber cómo afecta el olor de los zapatos a la experiencia de usar un zapatero; se interpretan los resultados como una indicación de la razón de que en India los zapateros sean un producto poco consumido. Se propone una mejoras en su diseño: incorporar una lámpara de 11 vatios de luz ultravioleta UV-C entre 270 y 280 nm para reducir el olor reduciendo las poblaciones bacterianas en el calzado deportivo. Según las encuestas se logra minimizar el problema del mal olor y mejorar la experiencia general del usuario. El artículo es Vikash Kumar, Sarthak Mittal, “Smelly Shoes —An Opportunity for Shoe Rack Re-Design,” Ergonomics for Improved Productivity: Proceedings of HWWE 2017, vol. 2, pp. 287-293. Springer Singapore, 2022, doi: https://doi.org/10.1007/978-981-16-2229-8_33.
Ig Nobel de Química (EE.UU., Israel): Logran el galardón Rotem Naftalovich, Daniel Naftalovich y Frank Greenway, por sus experimentos con objeto de estudiar si comer teflón (PTFE, por politetrafluoroetileno) es una buena manera para incrementar el volumen de la comida y así saciar el consumidor sin incrementar el contenido calórico. Las bebidas sin calorías y los alimentos ricos en fibra ayudan a lograr la saciedad con menor volumen de alimentos ingeridos; pero su uso altera el sabor y la textura de los alimentos, y pueden tener efectos secundarios gastrointestinales. La literatura toxicológica y médica sobre el PTFE indica que es químicamente inerte, no se metaboliza, no es tóxico y es biocompatible (en ensayos animales que consumieron dietas con hasta un 25 % de PTFE durante 90 días). En base a dichos estudios se propone (y se ha patentado) un producto alimentario basado en polvo de PTFE con un tamaño de partícula ≥ 130 micrómegros que no es absorbido en el intestino y que se elimina por vía fecal. Su consumo se mezclaría con los alimentos en una proporción 3:1 (alimento:PTFE) para aumentar la saciedad y reducir la ingesta calórica como tratamiento contra la obsesidad. Por supuesto, serán necesarios futuros ensayos clínicos controlados para validar la hipótesis. El artículo Rotem Naftalovich, Daniel Naftalovich, Frank L. Greenway, “Polytetrafluoroethylene Ingestion as a Way to Increase Food Volume and Hence Satiety Without Increasing Calorie Content,” Journal of Diabetes Science and Technology 10: 971-976 (July 2016), doi: https://doi.org/10.1177%2F1932296815626726; Rotem Naftalovich, Daniel Naftalovich, “Use of Nondigestible Nonfibrous Volumizer of Meal Content as a Method for Increasing Feeling of Satiety,” U.S. Patent 9 924 736, March 27, 2018, url: https://patents.google.com/patent/US9924736B2/en.

Ig Nobel de Pediatría (EE.UU.): Julie Mennella y Gary Beauchamp, por estudiar como un bebé lactante experimenta que su madre haya comido ajo. Estudios en animales han mostrado que los componentes de la dieta de las madres se transmite a la leche y condiciona las preferencias alimentarias de las crías. Se propone estudiar en humanos el efecto de un alimento muy aromático, como el ajo, para ver si modifica el olor de la leche y altera la conducta de succión del lactante. Ocho mujeres lactantes (con bebés entre 3 y 4 meses) participaron en dos sesiones experimentales separadas por una semana. En cada sesión, tras un periodo de control dietético, las madres ingirieron cápsulas con extracto de ajo (1.5 gramos) o cápsulas placebo, en orden aleatorio. Se tomaron muestras de leche antes y hasta tres horas después de la ingesta, que fueron evaluadas por un panel sensorial entrenado en pruebas olfativas. En paralelo se registró el comportamiento de los lactantes durante la lactancia: tiempo de succión, número de succiones, número de tomas y volumen de leche ingerido.
El panel sensorial detectó un aumento significativo y consistente en la intensidad del olor de la leche tras el consumo de ajo, que apareció a las dos horas, con un valor máximo que luego disminuyó. Los lactantes permanecieron más tiempo en el pecho y realizaron más succiones cuando la leche tenía olor a ajo, aunque en la cantidad total de leche ingerida no se observó ningún aumento significativo. Los autores concluyen que la dieta materna puede modificar de manera perceptible las características sensoriales de la leche humana, influyendo en el comportamiento de succión de los bebés. El artículo es más general, Julie A. Mennella, Gary K. Beauchamp, “Maternal Diet Alters the Sensory Qualities of Human Milk and the Nursling’s Behavior,” Pediatrics 88: 737-744 (1991), doi: https://doi.org/10.1542/peds.88.4.737.

Ig Nobel de Literatura (EE.UU.): A título póstumo, lo recibe el Dr. William B. Bean, por registrar y analizar de forma sistemática la velocidad de crecimiento de una de sus uñas durante un período de 35 años; se trata de un premio literario porque publicó seis artículos sobre el tema (en 1953, 1962, 1968, 1974, 1976 y 1980). Todos los artículos tienen una estructura muy similar, lo que indica que el Dr. Bean, médico internista, dominaba el arte de la literatura científica. Durante 35 años, midió de forma mensual el crecimiento de sus uñas, en particular, en el pulgar izquierdo de la mano. El método consistió en realizar una pequeña incisión o marca en la base de la uña (cerca de la cutícula) y registrar el tiempo que tardaba en desplazarse hasta el extremo libre, a una distancia fija de 1.45 cm. También empleó mediciones de recortes de uñas por longitud y peso, aunque estas resultaron ser menos fiables debido al desgaste natural. Gracias a este registro continuo ha documentado variaciones debidas a la edad, a sus enfermedades (como un episodio de parotiditis que detuvo el crecimiento) y a factores externos como la temperatura, la circulación o la inmovilización.

La figura muestra los resultados finales (entre 1941 y 1977) para la velocidad de crecimiento de las uñas. Se observa que disminuye con la edad (la figura crece porque indica el tiempo para que la marca alcance el borde). En números, la uña del pulgar crecía en promedio 0.123 mm/día a los 32 años y 0.095 mm/día a los 67. Además, confirmó que las uñas de los pies crecen más lento que las de las manos, y entre estas, la del dedo medio es la de mayor crecimiento. Factores como la hiperemia, el clima cálido, el embarazo o el hábito de morderse las uñas aceleraban el crecimiento, mientras que la inmovilización o la isquemia lo reducían. El estudio de Bean constituye uno de los registros más prolongados de crecimiento ungueal en la literatura médica y evidencia como este tejido puede servir como marcador biológico de procesos fisiológicos y patológicos.
Los artículos publicados son William B. Bean, «A Note on Fingernail Growth,» Journal of Investigative Dermatology 20: 27-31 (Jan 1953), doi: https://doi.org/10.1038/jid.1953.5; William B. Bean, «A Discourse on Nail Growth and Unusual Fingernails,» Transactions of the American Clinical and Climatological Association 74: 152-167 (1962), pubmed: https://doi.org/pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC2249062; William B. Bean, «Nail Growth. Twenty-Five Years’ Observation,» Archives of Internal Medicine 122: 359-361 (Oct 1968), doi: https://doi.org/10.1001/archinte.1968.00300090069016; William B. Bean, «Nail Growth: 30 Years of Observation,» Archives of Internal Medicine 134: 497-502 (Sep 1974), doi: https://doi.org/10.1001/archinte.1974.00320210107015; William B. Bean, «Some Notes of an Aging Nail Watcher,» International Journal of Dermatology 15: 225-230 (Apr 1976), doi: https://doi.org/10.1111/j.1365-4362.1976.tb00696.x; y William B. Bean, «Nail Growth. Thirty-Five Years of Observation,» Archives of Internal Medicine 140: 73-76 (Jan 1980), doi: https://doi.org/10.1001/archinte.1980.00330130075019.

Ig Nobel de Psicología (Polonia, Australia, Canadá): Marcin Zajenkowski y Gilles Gignac lo logran por investigar qué pasa cuando le dices a un narcisista (o una persona que no lo sea) que es inteligente. Ya se sabía que las personas con rasgos narcisistas tienden a sobrestimar sus capacidades cognitivas (es decir, se perciben más inteligentes de lo que son). Este estudio abordó la cuestión inversa: si recibir información positiva o negativa sobre el propio coeficiente intelectual influye en el narcisismo de una persona. La muestra estuvo formada por 361 adultos polacos, que completaron un cuestionario de narcisismo como rasgo, una autoevaluación de inteligencia y una versión abreviada del test de matrices progresivas de Raven (que mide la inteligencia fluida, es decir, la capacidad de razonar, identificar patrones y resolver problemas nuevos). Luego fueron asignados de forma aleatoria a dos grupos que recibieron información falsa sobre su rendimiento en Raven, o bien “tu CI está por encima del promedio”, o bien “tu CI está por debajo del promedio”. Tras ello, se repitió la autoevaluación de inteligencia y un cuestionario de narcisismo en estado (en lugar de como rasgo).
Los resultados mostraron que la información positiva incrementó tanto la autoevaluación de la inteligencia como la expresión de narcisismo en estado, mientras que la retroalimentación negativa redujo ambas variables. Además, los participantes que recibieron información positiva consideraron el test más válido que quienes recibieron información negativa. Estos hallazgos sugieren que la creencia de ser inteligente puede potenciar los rasgos narcisistas, en particular, el sentimiento de ser único y especial; por contra, recibir información desfavorable puede erosionar tanto la autopercepción cognitiva como la expresión inmediata del narcisismo. El artículo es Marcin Zajenkowski, Gilles E. Gignac, «Telling People They Are Intelligent Correlates with the Feeling of Narcissistic Uniqueness: The Influence of IQ Feedback on Temporary State Narcissism,» Intelligence 89: 101595 (2021), doi: https://doi.org/10.1016/j.intell.2021.101595.


«primera evidencia documentada de una población de A. agama que se alimenta de manera regular de un alimento procesado humano»
La gente lo verá a menudo. Nunca se me ha ocurrido documentarlo, pero vivo en un pueblo agrícola del norte de Tenerife y hace años que veo a los lagartos comiendo en el cuenco de pienso de mi gato, todos los días.
Me ha encantado el de los lagartos y la pizza (en posteriores investigaciones podrían investigar la posible preferencia de los reptiles respecto a la pizza con piña) y el de la leche materna con sabor a ajo. En general todos buenísimos.
Un clásico. Gracias, Francis.
A ver si algún proyecto aborda la importancia del bruxismo en los políticos y su impacto en la transparencia gubernamental. Ahí lo dejo 😉
Víctor, en plan broma, puedes disfrutar de «Brexism and bruxism,» British Dental Journal 221: 747 (2016), https://www.nature.com/articles/sj.bdj.2016.936 . Ya en plan serio, pero para la población general, Grzegorz Zieliński, Agnieszka Pająk, Marcin Wójcicki, «Global Prevalence of Sleep Bruxism and Awake Bruxism in Pediatric and Adult Populations: A Systematic Review and Meta-Analysis,» Journal of Clinical Medicine (MDPI) 13: 4259 (2024), https://www.mdpi.com/2077-0383/13/14/4259 .
Gracias dr. Villatoro por el trabajo de leerse todo y resumírnoslo en lenguaje común.
Cada día estoy más convencido de que la comunicación o divulgación científica ayuda mucho a que una Sociedad deje de creerse tantos bulos y a ver (más que leer) tanta noticia irrelevante (por no decir estupida). Perdón porque me gusta ser «bien hablado» pero no sé definirla de otra manera.
Pues ya que estamos cerca del 7 octubre y del Nobel por la fisica ya suelto mi quiniela para el premio: Roy Kerr, Brandon Carter y Saul Teukolsky a la luz de los resultados recientes como la comprobacion de la ley del area para agujeros negros rotantes («de Kerr») como en la gravitonda GW 250114, a ver que tal se me da ajajaj! 🙂
Thomas, los premios se deciden a partir de las nominaciones, que acaban el 31 de enero (de 2025 en este caso); cualquier noticia científica posterior es irrelevante. Los nuevos resultados de septiembre de 2025 solo podrían influir en las nominaciones para el Nobel de 2026.
Y supongo que solo se aceptan tan solo candidaturas efectuadas via ondas retardadas, no las que van con ondas avanzadas, verdad? 🙂